- medio conejo
- 3 ó 4 rebollones
- 2 docenas de caracoles
- 1 cebolla tierna
- 2 dientes de ajo
- 1 cucharadita de pimentón dulce
- un vaso y medio de vino blanco
- un vaso y medio de agua
- 2 hojas de laurel
- romero
- tomillo
- 2 cayenas
- un puñadito de almendras laminadas
- aceite y sal
Puro campo.
Una vez más damos las gracias a nuestra amiga Alba por la barbaridad de rebollones que nos ha regalado.
Como hemos comentado alguna vez, somos fanáticos de los caracoles y siempre tenemos congelados y listos para cocinar. Os recordamos en un post cómo los engañamos y guardamos para su posterior uso.
Hemos comprado medio conejo y hemos pedido que nos lo corten en trocitos pequeños. Por favor…no tiréis la cabeza que es lo mejor de todo. En una olla grande vamos a poner una capita de aceite y vamos a freir el conejo (previamente salado) a fuego medio hasta que esté dorado (prácticamente hecho).
Mientras se dora vamos a limpiar mucho los rebollones ya que si son tan buenos como los que tenemos…estarán llenos de tierra. Dicen que nunca hay que ponerlos debajo del grifo, que hay que usar un trapo para limpiarlos sin que se empapen. Nosotros los hemos lavado con agua y los hemos secado bastante… sin problema. También dicen que hay que cortarlos con la mano… eso si lo hemos hecho.
Una vez el conejo esté dorado lo sacamos y reservamos. Ahora en el mismo aceite vamos a poner los caracoles y la cebolla picada y dejaremos que se poche. Luego echaremos el ajo picado daremos unas vueltas.
Una vez el ajo empiece a dorarse echamos una cucharadita de pimentón dulce, movemos unos 10 segundos y echamos el vino blanco y el agua. Recordad que el pimentón si se quema amarga mucho el sabor.
Ahora echamos el conejo que habíamos sacado previamente, los rebollones cortados en trocitos (a mano), la ñora, laurel, un poco de romero, tomillo, 2 cayenas, las almendras laminadas y probamos de sal. El conejo no ha de estar cubierto por el caldo.
Ahora lo dejaremos a fuego medio durante 20 ó 25 minutos. El caldo tiene que reducir un poquito pero nunca secarse… mojar en ese caldito es una barbaridad. Así que pasado ese tiempo servimos y a disfrutar!